Se acabó.

Buenos días,

Hoy escribo para despedirme de vosotros y vosotras.

Cuando hace años, decidí volver a estudiar y cambiar mi vida, no sabía la suerte que iba a tener.

He tenido suerte porque a pesar de la incertidumbre que me causa no saber dónde y cuándo trabajaré de nuevo como profesor, he conocido a alumnos y alumnas a los que ahora considero mi familia.

He aprendido de cada uno de vosotros y vosotras, muchas más cosas que os he enseñado. No ha sido fácil sustituir a un gran profesor y mejor persona como Leo, pero tengo que decir que desde el primer día me habéis ayudado mucho y os habéis portado genial conmigo.

Para colmo, este año ha sido muy atípico debido al dichoso coronavirus. Solo os puedo decir que en estos meses de encierro habéis sido una gran compañía. Sin vuestras fuerzas para trabajar en la distancia y sin las risas que hemos echado, no hubiera podido soportar esta situación.

Recordad siempre que las notas son un número, que vosotros y vosotras no sois un número, sois personas con vuestros defectos y virtudes. Los defectos se corrigen y las virtudes se trabajan cada día. 

Seguid siendo tan buena gente, esforzaros a tope por aquello que queráis conseguir y no dejéis nunca que nadie os diga lo que no podéis hacer.

Os voy a echar de menos el año que viene, pero lo bonito es que ahora ya tengo algo mío en Valdepeñas, a vosotros.

Un abrazo

Augusto