Lo que aprendí de esto. Vamos ya queda menos.
Lo
que aprendí de todo esto es que la máxima de Cepi se cumple: "la gente
pequeña hace grandes cosas" y ello se acentúa en épocas de crisis.
Además me gustaría añadir que es precisamente en los malos momentos,
cuando la gente grande normalmente hace cosas pequeñas.
Solo
sé que estamos viviendo una situación sin parangón en la historia
reciente de la humanidad en lo que se denomina el primer mundo. Hasta
ahora, hemos sido afortunados de ver cómo la enfermedad y la guerra
golpeaban otras partes del mundo que veíamos tan lejanas que parecían
una película de Hollywood, sin darnos cuenta de que el sufrimiento y la
muerte no entienden de dinero, clases sociales o estados del bienestar.
Pero
no estoy escribiendo esto queriendo ser pesimista y de hecho llevo
tiempo sin escribir por circunstancias familiares que mis amigos y
familia conocen. Quiero escribir esto, a sabiendas que esta guerra
contra el dichoso virus quizás nos lleve a más de uno y considero
necesario que quede constancia de algo que no aparecerá en los libros de
historia.
Quiero
dedicar unas líneas a todas esas personas que hoy en día se están
dejando la piel por conseguir que este duro periodo de tiempo sea lo
menos dañino para los más vulnerables. Aquí no quiero hablar de los que
reciben aplausos a las 20.00 de la tarde, no porque no sean merecidos
sino porque creo que esos aplausos tienen que ir destinados a mucha más
gente.
En
estos días abundan los intelectuales políticos de tertulia y pandereta,
los agoleros que anuncian el fin del mundo y los políticos ineptos de
cualquier signo a los que esto les ha superado. Afortunadamente, creo
que somos más los ciudadanos solidarios y comprometidos, aunque se hable
menos de nosotros y ocupemos menos portadas de periódico o no nos
dediquemos aplausos, creo que lo estamos lo mejor que sabemos y podemos.
Vecinos
que bajan la basura y compran a sus mayores, hijos pequeños que
aguantan en casa haciendo deberes, hijos mayores que cuidan de padres
ancianos, padres que cuidan de hijos pequeños, gente anónima que hace
favores a personas que ni conocen, profesionales sanitarios, educativos,
de supermercados, cuerpos de seguridad etc. En general, PERSONAS que
cuidamos de PERSONAS.
Lo
que aprendí de esto es que la GRANDEZA de muchos nunca será recordada y
que la POCA VERGÜENZA de otros quedará para siempre en el mejor libro
de historia que existe: La memoria colectiva.
Ánimo
amigos, como dicen en Star Wars the rise of Skywalker cuando Poe se
siente derrotado y aparecen miles de naves de ciudadanos de la galaxia
para colaborar: "Nosotros somos más" y quiero añadir para terminar que
siempre seremos más aunque hagamos menos ruido. Os quiero y estoy
orgulloso de cada uno de vosotros, si estáis leyendo esto, sois parte de
esa grandeza a la que hago referencia (a mi blog no tiene acceso la
chusma).
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